Un total de 60 soldados, pertenecientes a la
Policía Militar, reforzarán la seguridad que está en manos de la policía
fronteriza, después de que un grupo de hombres armados con piedras y
palos, prendieran fuego a tiendas de campaña y a las pertenencias de los venezolanos, que han
huido debido a la grave crisis económica que enfrenta la nación sudamericana.
El ataque se originó
después de una protesta en la que se exponía el caso de un comerciante
brasileño, que fue golpeado y robado por cuatro venezolanos. Testigos de
Pacaraima, en el norte de Brasil, dijeron
que los manifestantes forzaron a cientos de inmigrantes a cruzar la frontera a pie y, posteriormente, quemaron algunas de las pertenencias
que dejaron.
Por otro lado, la cancillería de Venezuela
emitió un comunicado –el día sábado- en
el que expresó su aflicción por "las informaciones que confirman ataques a
inmigrantes venezolanos, así como desalojos masivos de nuestros connacionales,
hecho que violenta normas de Derecho Internacional además de vulnerar sus Derechos Humanos".
El presidente Nicolás Maduro junto a su
gobierno, dicen estar dispuestos a coordinar acciones con las autoridades
brasileñas, para que velen por "la promoción y respeto del Derecho Internacional sin discriminación, al tiempo que rechaza la instrumentalización
de una lamentable situación de violencia alimentada por una peligrosa matriz de opinión xenófoba”.
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