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Marcha en contra de violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno. LAPRENSA/Wilmer López
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Redacción: Jennifer Rodríguez
Esta mañana, miembros de la comunidad universitaria autoconvocada emitieron un comunicado para la realización de una marcha por las violaciones de los derechos humanos, ante los estudiantes asesinados, además exigen un paro nacional a las Universidades del país.
La población nicaragüense salió a las calles para exigir justicia al gobierno por todos los jóvenes asesinados en las protestas y para la liberación de más de 200 personas, entre ellos jóvenes y profesores que se encuentran detenidos. Además piden la renuncia de la jefa de la Policía Nacional, Aminta Granera, el subdirector general de la Policía, Francisco Díaz y principalmente Rosario Murillo y Daniel Ortega.
El periódico "LA PRENSA" recopiló algunas de las mentiras difundidas por el presidente de la república, según la publicación, la represión por parte del gobierno se justifica en una campaña de propaganda de noticias falsas, que ya fueron desmentidas a través de las redes sociales. Luego de la presión recibida por el país, liberó a los jóvenes detenidos y habilitó el canal 100% noticias, que había permanecido censurado.
Los presos liberados fueron dejados a la orilla de la carretera de las afueras de Managua, según una nota de prensa. “Yo vi cómo saquearon todo de la UNI los de la Juventud, no me voy a quedar callado, ahora menos. Ya aguanté lo que tenía que aguantar cuando nos metieron. Fueron tres horas de tortura, golpes, patadas, ellos (los policías) hicieron filas para patearnos”, denunció uno de los jóvenes salientes de La Modelo.
Las protestas dieron inicio con la reforma al sistema de seguridad social por parte del presidente nicaragüense, que aumenta las contribuciones de empresas y trabajadores, además de reducir en un 5% las pensiones, esto desató las manifestaciones que han dejado miles de heridos y muertos hasta la fecha.
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) se han reunido para abrir un diálogo a nivel nacional, entre la iglesia católica, diversos sectores de la sociedad civil y el gobierno de Ortega, para que de esta forma se de inicio a la democratización del país y fin al descontento popular del mismo.
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